martes, 3 de noviembre de 2009

EDUCAR PARA HOY, EL SIGLO XXI

EDUCAR PARA HOY, EL SIGLO XXI

Educar para el futuro significa dotar a los individuos de los conocimientos, habilidades, valores y destrezas, es decir, competencias que les permitan desenvolverse de manera eficaz en las complejas relaciones que caracterizan la sociedad de hoy, así como en el incierto y cambiante mercado de trabajo. En esta tarea, las instituciones y los profesores tienen un papel fundamental.

La forma de acceder al conocimiento estará altamente mediado el uso de las TIC, en este sentido el rol del profesor y estudiantes cambiará radicalmente. La clase magistral y frontal que toma como referente el conocimiento clásico de los libros de texto, debe ser reorientada al desarrollo de habilidades para acceder discriminar y procesar la información que los estudiantes necesiten. Es importante que desarrollen competencias para discutir, con un sentido crítico argumentado y responsable, que desarrollen el hábito y la actitud de aprender de manera autónoma y continua en ambientes virtuales.

En este sentido se requiere modificar la orientación curricular centrada excesivamente en conocimientos puntuales para dar lugar al desarrollo de habilidades como aprender a aprender a juzgar con sentido crítico, a plantear y a resolver problemas, así como la capacidad de adaptarse a ritmos, formas y modalidades de aprendizaje diversos. La formación escolar representa sólo la fase inicial que permite a las personas adquirir un conocimiento general y de cierta manera virtual, de la profesión, sin embargo, la verdadera formación iniciará cuando el estudiante pueda poner en práctica y contrastar sus saberes y habilidades adquiridos en las aulas con los requeridos en los procesos de producción y continúe, por iniciativa propia su propio proceso de autoformación que le permitan afinar o reorientar sus conocimientos y habilidades, perfeccionar sus competencias y preocuparse por ser competitivos a nivel internacional.

El profesor por su parte, adquirirá un rol de facilitador, más de experto o mediador de saberes, experiencias, valores y actitudes; con dominio amplio en las nuevas modalidades de distribución y uso del conocimiento. Las instituciones por su parte deben hacer más flexibles los currículos, a fin de permitir la movilidad de estudiantes y el tránsito entre modalidades, además de intensificar su relación con el sector productivo y de servicios. En este contexto es indispensable la digitalización y actualización de las bibliotecas a fin de hacer más ágiles y eficaces las búsquedas y transferencias de información, aulas multimedia, laboratorios y talleres donde los alumnos puedan actuar simulando ambientes laborales reales y además ejerciten de manera práctica las funciones que realizarán dentro de una empresa.

Es verdad que la entrada al siglo XXI en realidad no hace ninguna diferencia “mágica” en nuestro sistema educativo, sin embargo, ciertamente es un tiempo que obliga a repensar y reflexionar las formas tradicionales de hacer las cosas, facilita pensar en el futuro con respecto al pasado y es una excelente excusa para iniciar el cambio en la forma de educar hoy… el siglo XXI.
Mariano Usuga Manco Pbro.

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